Por: Paola Reyna
Por un lado, Messi participó con dos goles y uno más en la tanda de penales. Mbappé hizo todo por mantener a Francia en la lucha con tres goles y su penal acertado en los cobros de penal.
La polémica también le dio una sazón sin igual al partido. Primero, en el primer penal marcado de la noche, Ousmane Dembélé ligeramente le da un toque a Ángel Di María dentro del área francesa.
Tuvo que venir el mismo Di María a cerrar una jugada de contragolpe que terminó con el balón al fondo de la red, para quitar dudas y dejar el partido definido al medio tiempo con un 2-0.
A falta de nada en el cronómetro, Francia volvió a la carga para emparejar todo y mandar a tiempos extras, en tan solo dos minutos, justo cuando parecía que los albicelestes se llevaban la copa.
Esa media hora complementaria aún luciría por su carácter cardíaco. Un ir y venir de ambos lados, como deseando no llegar a la definición por tiros penales. Messi tuvo disparos que provocaron lances espectaculares del portero francés Hugo Lloris, hasta que un gol puso a a Argentina con una mano en la Copa.
Pero de nuevo vino Francia a provocar un penal que tuvo al planeta al borde del infarto. Una falla de Lautaro Martínez que parecía maleficio y una atajada espectacular del Emiliano 'Dibu' Martínez a un disparo de Randal Kolo Muani casi al final le quitó el título a los franceses de la boca. Mas sufrida, más dramática, más angustiante no podía ser.
Al final, la tanda de penales se definió por dos penales errados de parte de Francia. La figura del Dibu Martínez se acrecentó atajando los mismos y muchos más cumplieron el sueño de ver a Messi levantar la Copa del Mundo.
En unos años, le podremos contar a las futuras generaciones que fuimos testigos del mejor juego en la historia de las Copas del Mundo, al borde de la silla, el llanto y el corazón acelerado. Y asombrados por la calidad de goles de todos, sin excepción. Qué momento para estar vivos.