La gran final de la Europa League tuvo lugar en la ciudad de Budapest, y se destacó por una notable racha positiva para ambos equipos. El Sevilla, con un historial de 6 finales disputadas en la Europa League, logró alzarse con la victoria en todas ellas. Por otro lado, José Mourinho lideraba al equipo contrario, habiendo ganado las 5 finales en las que participó.
El encuentro comenzó con ventaja para los italianos, gracias a un increíble remate cruzado de Paulo Dybala, que dejó sin oportunidad al portero marroquí Bounou. Más tarde, un centro de Jesús Navas culminó en un autogol de Mancini, lo que generó un partido sumamente disputado y emocionante, llegando finalmente a la tanda de penales.
El partido llegó a su fin con la victoria a favor del Sevilla, donde se destacaron los héroes de la noche. Bounou, quien logró atajar un penal y tuvo grandes actuaciones durante el partido, se convirtió en una figura destacada. Además, Montiel, recordando su experiencia en la final de la Copa del Mundo con la selección argentina, asumió nuevamente la responsabilidad de tirar el penal decisivo, otorgando así al Sevilla su séptima Europa League.
Resulta imposible cuestionar la hegemonía del Sevilla en la Europa League. Este equipo ha llegado a disputar siete finales en una misma competición y ha obtenido el título en todas las ocasiones. Sin duda alguna, esta impresionante racha merece aplausos y reconoce la jerarquía del Sevilla en esta prestigiosa competición.